25 nov 2012

Capitulo 5

                                                          "La primera vez"


Había pasado  más de una semana desde  mi encuentro con Ford rojo. Desde   el encuentro con él  no había vuelto a  entrar  a mi cuenta de correo,  no me sentía con ganas, la  última experiencia  no había salido del todo   bien, además  por aquella época habían regresado mis amigas   que estaban estudiando  fuera y   venían  para las vacaciones de Navidad.
Me sentía demasiado feliz de volver a tenerlas cerca  y no pensaba  mucho en el sexo, me gustaba volver a tener las conversaciones  absurdas con ellas que no llevaban  a ningún lado excepto  para reírnos un rato de nuestra propia idiotez, pero de reconocer que  a veces  me agobian y a veces  incluso  me aburren  ya que siempre que tenemos conversación que se pueden llegar a catalogar como” más serias” suelen  hablar de los mismos temas: ellas y sus problemas personales.   Es bastante curioso pero tienen un modus operandi claramente reconocible,  por regla general siempre suelen  hacer la pregunta de cortesía  de que tal estas y qué tal te va todo,   cuando  finalmente cedes a contarles tus cosas, cuando estas a punto de llegar  al  momento  que más  quieres contarles, no sé cómo se las ingenian  que  al final siempre  desvían la conversación  y  hacen que el tema de conversación vuelva a ellas  mismas.
 Y no me sorprendió que lo  volvieran a hacer, no es algo nuevo, no al menos para mí ya que  durante todos  los años que las conozco siempre habían  sido  así, pero esta vez volvieron  peor  mas inconscientes y con una visión   muy poco realista, definitivamente   el  irse de Seneca  las dos juntas les  había  afectado a su  capacidad de juicio , aunque creo que  a ello  debió  de influir bastante la cantidad de porros  que al parecer se fumaban al día  y que sin duda alguna era una de las causas principales  de su gilipollez aguda repentina. No pensaban las cosas  más simples, se creían  que todo era de color de rosas, que todo se lo podía solucionar  papá y mamá  con un simple ingreso bancario ( sé que es  estereotiparlas demasiado pero es que es verdad) hacían  planes para pasar el fin de año  en  sitios  inverosímiles.
 No sé, llego un punto en que me cansé de ellas, no quería quedar, quería un poco de madurez por su parte  y que entendiera que  yo no estaba pasando  por un  buen momento económico, pero eso a ellas  parecía importarle  bien poco sólo se preocupaban de ellas  mismas  y me dio rabia,  llegue a  odiarlas y a no querer quedar con ellas.
Supongo que esas ganas de querer alejarme de ellas, de personas que supuestamente  me conocían  y sabían cómo tratarme  y que me  trataban como  una acoplada a ellas ( al menos así es como me hacían sentir) me hizo  volver a  entrar en mi cuenta de correo y quedar con otro hombre, porque pensé,  ya puestos para que  me traten como  una desconocida prefiero que lo haga un desconocido así al menos si me hace sentir mal no me dolerá tanto ya que   habrá surgido del desconocimiento  más que del desprecio  a conciencia sabedor de mi personalidad.

Decidí quedar con  un  hombre que decía tener  treinta y siete años, me transmitía  muy buenas vibraciones por  chat,  tenía muy  buenos temas de conversación, escribía sin faltas de ortografía, le gustaba leer,  las series de televisión  con  fundamento. Parecía un tipo interesante, así que decidí quedar con él  el  28 de Diciembre, aprovechando que mis padres se iban a   una feria medieval  de un pueblo cercano.  Quedamos en  la puerta   de un hotel a orillas del mar en Alicante.  Pero cuando  lo vi,  quise salir corriendo.
¡Me había mentido! (que novedad, por internet que mientan) pero es verdad,  tenía por lo menos cincuenta años y eso tirando por lo bajo.
 Aun así me arme de valor, a fin de cuentas había conducido  hasta allí, había mentido a mis padres  para poder ir, en fin, tenía que aprovechar   la ocasión , así que me convencí a mi misma que tal vez de cerca  ganaría algo… craso error, ¡de cerca aun parecía más  mayor!,  no es que me importe  que sean mayores   pero esa vez sí que me importó ya que  me había  mentido, una cosa es que seas sincero desde el principio  y otra muy distinta es que mientas desde  un principio y tan descaradamente, te puedes quitar  uno  o dos años, cinco como mucho  pero…. ¡tantos!, ¿enserio?. Pero   bueno, ya estaba allí, así que tenía que hacerlo, mientras caminábamos hasta una cafetería cercana me fije en que  tenía una cierta cojera en la pierna derecha  no quise preguntar por  educación  pero  se ve que era bastante severa porque  al poco tiempo  me pidió  que redujera el paso, al parecer se veía incapaz de seguir  mi  ritmo ( un poco acelerado por el nerviosismo  del primer encuentro, como siempre).
Un vez  que estuve   sentada frente a él en lacafetería,  me convencí a mi misma  que un café y una charla  no me harían daño,  a fin de cuentas estaba rodeada de gente, me sentía segura.
Estuvimos casi dos  horas hablando, al principio la conversación me parecía interesante  pero a medida que  pasaba el tiempo se hacía más aburrida, era un tipo extraño,  con un montón de manías  supongo que surgidas con la  edad,   pero  eso sí, era muy simpático.  Se  le veía que tenía bastante dinero,  vestía ropa  cara, llevaba  uno de esos móviles de última  generación  del cual tardó  poco en fardar de él.
Pero su simpatía y educación tardó poco en esfumarse, de hecho a mi parecer  se esfumó en el mismo momento en que se cambio de silla y se sentó a mi lado y me pregunto al oído  si había venido sin ropa interior como él me había pedido por chat ( cosa que era cierta, iba sin ropa interior , preparada  para   un encuentro fugaz  en cualquier  sitio con  un  hombre treintañero)  le dije que sí,  no pude evitar decirle la verdad a pesar de que estaba   en  unos niveles de incomodidad medios pero  iba ascendiendo.  Yo no hacía más que mirar el reloj  para poner cualquier escusa para poder marcharme. Pero ese descaro suyo, junto con  la fantasía  que poco a  poco crecía y se desarrollaba en mi mente: follarme a un señor mayor, hizo que me  mojara  las medias y que él  lo notara ya que tenía  su mano en por debajo de mi falda.
Cuando  terminamos en la cafetería  me pidió que le acompañara al parking donde  había dejado su coche (que estaba más cerca  que el  mío) proponiéndome llevarme después  hasta  al mío. No  vi inconveniente en ello  porque  ¿que podía pasar en un parking? Había  cámaras de seguridad en casi cualquier lado  y  eso me hacía sentirme más segura así que accedí.
Cuando me subí  a su Volkswagen todoterreno  nuevecito (de esos que llevan cámara en el parachoques trasero  para  no dar ningún golpe  cuando vas marcha atrás) empezó a preguntarme   qué edad tenía,  le mentí  le dije que tenía 23  años, pero aun así   sus pupilas se dilataron supongo   que fue por el hecho de que fuera mucho más joven que él. Al parecer al saber mi edad se ve que le dio más valor y  guiado por  un momento de excitación empezó  deslizar  su mano por mi pierna   cada vez más arriba.
 Jugó con  sus dedos y mi  clítoris  haciendo uso de una de las costuras de mis medias que daban  justamente a la altura del mismo.  Cerré los ojos para poder concentrarme  mejor y dejar de lado que la persona que tenia al lado  y me estaba tocando tan íntimamente era un  hombre de cincuenta y tantos con los dientes   mal  cuidados (supongo que  por culpa del tabaco) medio  calvo, con una cojera evidente y una aun más evidente marca de anillo en el dedo anular, me concentre en el hecho de que fuera mas mayor que yo, en su morbosidad evidente.  Me concentré  hasta el  punto  que solo   era consciente de una mano  ajena que me estaba dando placer y  de  mis propias sensaciones.  Escuche como J.L  se desabrochaba la bragueta de su pantalón  e inmediatamente supe  lo que tenía que hacer, lo que me apetecía hacer,  no le mire a la cara, si no directamente a su pene, era  largo, fino,  con una gran vena  que surgía desde casi  la base  y acaba en el prepucio.  Me lo metí en la boca. Sabia  y tenía la misma  firmeza que otros penes  no era diferente al gusto y al tacto de mi lengua como yo  en un principio había pensado. La lamí, la bese , la mordí   un poquito  por puro gusto,  estaba  concentrada en lo que hacía, J.L  me  estaba diciendo algo  pero  yo no le prestaba atención, no quería, porque sabía que si lo escuchaba cesaría  de inmediato en mi  tarea y no quería hacerlo  en esos  momentos. Seguí lamiendo, succionando su pene hasta que  se corrió  en sus  propios pantalones de manera abundante y  poco  blanquecina, mi cara aun se encontraba a escasos centímetros de su pene y no pude pensar sin satisfacción el hecho de que sin duda le dejaría mancha  en el pantalón.
Me separé del  miembro  cada vez más relajado  y con  una flacidez mas acuciada  de lo que yo estaba acostumbrada a ver en un pene en reposo (supuse que era algo normal por la edad) pero  tampoco me detuve demasiado en pensar en ello. Levante la vista  y   le vi con la cabeza apoyada contra  el asiento y una mano  muy cerca de su miembro, me miro y me dijo que había estado   muy bien,  yo como persona educada siempre en la formalidad y los buenos modales le di las gracias de manera automática y desvié la mirada,  no quería  verle, no quería recordar aquella cara, solo  la experiencia.
Una vez J.L se hubo calmado  y  se  arregló como  pudo   limpiándose   con unos clínex   su propio semen,  arrancó el coche y me  se dirigió a la salida del parking. Me acercó  a donde yo había dejado  mi coche  y antes de  bajarme  me paro cogiéndome del brazo y me dio  un billete de cincuenta euros, me dijo  que lo había hecho  muy bien  y que la semana  próxima  me diría de quedar para  repetirlo. Yo en ese momento me quede parada, como una tonta en medio de la calle ya, con un billete de cincuenta euros, no sabía qué hacer, como sentirme simplemente estaba anonadada, era la primera vez que  me pagaban por tener  sexo con alguien  y he de decir que no me sentía  mal conmigo misma, es más   me gusto.

3 comentarios:

  1. VAYA CON EL HOMBRE MADURO,,,, PERO AL FINAL SALISTES GANANDO 50€,,, JEJEJEJEJE...
    UN BESAZO ELISA!!!

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    1. Cicuenta euros y mi primera experiencia con ese tipo de hombres!.

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  2. por lo que veo te gusto

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